miércoles, 25 de enero de 2012

Mundos descubiertos

"The camera is a kind of passport that annihilates

moral boundaries and social inhibitions,

freeing the photographer from any responsibility

toward the people photographed. T

he whole point of photographing people is that you

are not intervening in their lives,

only visiting them. The photographer is supertourist,

an extension of the anthropologist,

visiting natives and bringing back news of

their exotic doings and strange gear.

The photographer is always trying to colonize

new experiences or find new ways to look

at familiar subjects—to fight against boredom".

Susan Sontag - On photography




Es increíble el poder que una cámara fotográfica puede generar claro, para bien o para mal según sea el caso. Es un hecho consumado que la fotografía es una llave para conocer mundos desconocidos, coloca al fotógrafo en una posición de testigo a donde muchas veces él no pertenece, esa condición puede inclusive trascender y volverse una participación activa.


Desde hace unos meses hago fotos de boxeadores, busco algo más allá del deporte, motivado por ello asistí a un torneo de kick boxing en la ciudad de Madrid. No tenía acreditación, ni tampoco conocía a nadie que me pudiera ayudar a no pagar los 20 euros de la entrada.


La fila para la taquilla era enorme, así que pensé sería imposible entrar, los de seguridad de la entrada tenían además cara de pocos amigos, en fin, es así que por un momento desistí entrar.


La fila de gente después de un buen rato entró al gimnasio, yo trataba de ingeniármelas para ganarme a los de la entrada, decidí aplicar la ya clásica estrategia de fotógrafo, saqué la cámara y me la colgué al cuello, sencillo, simple, no tenía nada que perder más que me dijeran que no, ya tenía inclusive la idea de llegar a casa y ver una película y cenar bien a manera de consuelo. Me acerco a la taquilla y les digo -hola, soy fotógrafo freelance pero no tengo acreditación, ¿habrá manera de entrar hacer fotos del evento?- las chicas de la taquilla le comentaron a otra persona y al cabo de 10 minutos voilá!!, ya estaba dentro, no sé si sea inocencia o qué, pero algo genera la cajita negra que la gente sabe que se les concederá importancia, por lo mismo es de tomarse en cuenta.


Pasaba así el primer filtro, después al querer acercarme al ring había otro filtro, me acerqué y otro tipo de seguridad me dijo que no podía pasar, claro no tenía ningún gafete, sólo repetí el nombre de la persona que me dejó entrar en la entrada y así me encontraba yo frente al ring a lado de otros fotógrafos si acreditados.